Blanes, 22 de septiembre 1899
Ciudad de México, 12 de abril 1986
Eliseo de Buen
Tomado de: Antonio Calvo Roy, Odón de Buen: Toda una vida
Eliseo de Buen nació en Blanes (Gerona) el 22 de septiembre de 1899, a las cuatro y media de la tarde. En aquella época, la familia vivía en la calle Aribau, 60, en Barcelona. Su título de Bachller ya corresponde a Madrid, al Instituto Cardenal Cisneros. Se licenció, como Sadi, en Medicina y Cirugía entre 1922 y 1927, con buenas notas y varias matrículas de honor, y el doctorado lo obtuvo en 1929. Los veranos los pasaba como alumno agregado en los dispensarios antipalúdicos de Calaña (Huelva), Robledo (Cáceres), Alcolea, (Córdoba), y otros. En aquella época, según su expediente académico, viva en la calle de Claudio Coello, 118, la paralela a Lagasca, bien cerca de sus padres y hermanos.
Su vida laboral se desarrolló en buena medida junto a su hermano Sadí en la lucha antipalúdica. "Se ha formado, como médico y como sanitario, al lado de su hermano Sadí, del cual es asiduo colaborador". De hecho, le sustituyó en la dirección del dispensario de Navalmaroral: "Su hermano Eliseo de Buen Lozano, también socialista y miembro del equipo de D. Sadí, ejercía de director del Hospital cada vez que se ausentaba su hermano, como sucedió cuando estalló el conflicto bélico. Debido a su ideología, fue detenido y encarcelado en Cáceres. Después fue exiliado a Casas del Castañar (Cáceres) donde, por cierto, entabló amistad con la familia del masón Nicolás Sánchez García, hasta que se lo prohibieron. Después se exilió a México, con el resto de la familia". Desde 1927 trabajaba con la Fundación Rockefeller para la erradicación del paludismo en España.
En junio de 1932 dirigió un curso de Malariología de la Sociedad de Naciones (la malaria y el paludismo es lo mismo) en Navalmoral de la Mata y ese mismo año, obtuvo una plaza de director de Sanidad en el puerto de Ferrol. En el Congreso Nacional de Sanidad de 1934 aparece como ponente de la sección "Quinta. Organización de los servicios de higiene rural, D. Elíseo de Buen Lozano, director del Centro de Higiene de Navalmoral de la Mata,” mientras que Sadi estaba en la sección de Organismos centrales de investigación y enseñanza sanitaria y sus relaciones con los demás centros sanitarios". Ese mismo año de 1934 pasó un mes en Italia, becado por la Sociedad de Naciones, para investigar sobre Paludismo. Y el año siguiente fue uno de los organizadores del II Congreso Internacional de esta enfermedad, cuya celebración estaba prevista para 1935, aunque se aplazó hasta octubre de 1936 y, como es natural, no llegó a celebrarse, aunque, una semana después del golpe de Estado, aún se decía que "La Secretaria del I Congreso Internacional de Paludismo hace saber a todos que continúan los trabajos de organización del Congreso, que se celebrará en la fecha anunciada, sin que se haya pensado en su aplazamiento.
Y, fiel a su apellido, también publicó artículos de divulgación, como uno, aparecido en El Sol, en julio de 1935 en que unía a la divulgación de la Ciencia el carácter social marca de la casa. Se lamenta en el de las condiciones en las que vivían tantas personas en el mundo rural, amontonados en espacios muy pequeños, sin higiene de ningún tipo y donde "El panorama higiénico, que no puede ser más desastroso, da idea del abandono en que se encuentran los pueblos. Poco a poco, el agua va llegando a ellos, disminuyendo el terrible azote de las enfermedades de origen hídrico, como la fiebre tifoidea, y haciéndolos limpios". Y concluía con un rotundo "Hay que terminar con la casa insana, y a ello debemos cooperar todos ".
Se casó con Carmen Lladó, con la cual tuvo dos hijas, Maricel, en 1932 y Nuria, el 7 de diciembre de 1939. Pasó el primer año de la Guerra en la cárcel, en Cáceres, y, según el relato de sus hijas, "al salir vivió en Hoyos y posteriormente en Casas del Castañar, para pasar después al Pintado, en Cazalla de la Sierra (Sevilla) donde permaneció hasta su salida a México, país al que llegó el 6 de abril de 1951. Aquellos años del franquismo eran muy difíciles para quienes estaban estigmatizados por no comulgar con las ideas oficiales, y así, "la época que vivió en España después de su encarcelamiento fue muy dura, al grado de estar vigilado por sus propios colaboradores. Logró salir gracias a una carta de Lázaro Cárdenas (presidente de México). Estaba obsesionado con dejar el país, no importándole a donde fuera.
En México le fue muy difícil rehacer su vida profesional". En estos años en España trabajó como médico del seguro de enfermedad para la asistencia a los enfermos afiliados a la Mutua de Seguros Agrícolas, Apfre, al mismo tiempo que trabajaba para la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad. Posteriormente, hacia 1947, fue médico de la empresa de seguros Mapfre.
En México, ya en 1951, fue jefe de los servicios del laboratorio de la Benéfica Hispana y desde 1952 y hasta el 74, trabajó en el laboratorio de Análisis Clínicos de la Sociedad de Beneficencia Española. En aquellos años volvió a la investigación y a publicar sus trabajos en revistas científicas, entre otros la necrológica de Gustavo Pittaluga para la revista Ciencia, en noviembre de 1956. Teniendo en cuenta lo que sufrió en su vida, cobra especial relevancia el testimonio de su sobrino nieto Jorge de Buen Unna: "era un hombre de un encanto inacabable". Murió en México, en 1986
Eliseo de Buen y Carmen Lladó tuvieron dos hijas: Maricel (1932) y Nuria (1939).
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